dimarts, 25 de novembre del 2008

Autocaravanas, connais pas? II El chasis y el interior

El comprador de coche lo elige mediante criterios distintos a los que emplearía para comprar o alquilar su propia casa. La enorme variedad de la oferta nos hace creerque cada coche es singular, pero el coche es sólo un medio de transporte. La autocaravana es, sobre todo y ante todo, nuestra casa y durante años, los nómadas del Norte nos hemos saludado al cruzarnos por la carretera.

En el mundo de las autocaravanas el chasis es bastante estandard: desde los ochenta la Fiat Ducato es la reina indiscutible del asfalto (más aun si le añadimos sus gemelas de Peugeot o Citroën que comparten los mismo). Tras tres décadas, solo disputan su hegemonía, modestamente, las Ford Transit, algunas Renault, las Mercedes-Benz y las eternas Volkswagen Westfalia destinadas a un uso distinto. Tal es la hegemonía Fiat que cuando duermes en un camping , con todo cerrado, las reconoces por el peculiar traqueteo del Diesel marca de la casa. Por tanto, poco que elegir, más allá de los chasis puramente industriales de las más baratas y los chasis rebajados de las más caras. Hay dos batallas básicas (distancia entre ejes) una más corta y una más larga. Aconsejo estas últimas por la estabilidad que ofrecen en curva, pero si la economía no lo permite cualquiera sirve, en fin de cuentas una autocaravana exige una conducción muy prudente y conservadora.

Nosotros hemos sido históricamente fieles a la Fiat de tracción delantera, un vehículo de base industrial, de motores muy robustos, y a los que la invasión de la electrónica no ha restado nada de su sencillez de base. En toda Europa hay concesionarios y talleres que las reparan, y aunque hay que reconocer que de vez en cuando tienen alguna tontería, la fiabilidad de estos vehículos es proverbial.

Aunque en el mercado de segunda mano, las anteriores al 2000 aun pueden no tener dirección asistida o aire acondicionado en cabina y mecánicas turbodiesel, todo lo posterior son motores turbodiesel de gestión electrónica por encima de los 110CV y que permiten medias en autopista de unos 80/100kms hora con consumos, ahí depende de varios factores, entre los 9 l/100 y los 12/13l/100 kms. El consumo está directamente relacionado con tres o cuatro variables principales: la dirección y la fuerza del viento especialmente en las capuchinos (las de cama sobre la cabina), la carga del vehículo, y las ganas de mantener velocidades en autopista por encima de los 110kms/hora. Fuera de las autopistas una autocaravana de 6,20 ms y 130CV consume una media de 9,5l para un motor de 2800cc. Conducir estos vehículos no es como andar en un BMW. Requieren una conducción regular y prudente, en el carril de la derecha de la autopista, y en las carreteras normales una conducción de paseo que es para lo que se han diseñado. Por eso cuando empiezan a haber con cambio automatico- nosotros lo llevamos -, el consumo se reduce y la placidez de la conducción -?te gusta conducir? - se multiplica por cinco

Dicho esto, la elección va a basarse en la mayor parte de casos en: 1) La habitabilidad: con niños las capuchino son cómodas porque no hay que montar camas y durante el día el capuchino sirve de almacén de sacos y mantas; las profilé tienen mejor aerodinámica y son muy adecuadas para parejas, solitarios y solitarias o incluso para parejas con hijo único. 2) La longitud debe tenerse en cuenta. Hasta 6ms o 6ms y medio los costes de peajes y de los ferrys se reducen y la habitabilidad es razonable para los muy nómadas con o sin niños. Más allá de los 6,5 ms se entra en un mercado de personas mayores que viajan más de dos meses y quieren disponer de mucho espacio y 3) El equipamiento: nosotros preferimos ducha separada del baño. Tanto con niños como sin hay menos mojadura de todo. Las neveras pequeñas son suficientes para la vida cotidiana en que uno encuentra un supermercado en cada esquina. Hay que mirar cuidadosamente el número de armarios, arcones y espacios porque, como en los barcos, no se acaba nunca de necesitar rincones - especialmente cuando van niños y hacen falta espacios para cochecitos, sillas especiales, bicis y juguetes de todo tipo.

Autocaravanas, connais pas? 1 Vivir

Tras dos décadas de viajar en autocaravana, y andar por la séptima que espero nos entreguen en unos meses, Gamvik y yo hemos desarrollado un conocimiento bastante profundo sobre esos artilugios. Gamvik alardea, y la creo, que sería capaz de diseñar la autocaravana perfecta. Esa es una casi utopía que sólo sería posible si fuese la fabricante y pudiera ajustar caso a caso las necesidades de cada cual. En parte las empresas lo hacen, y actualmente sobre la base, en Europa, de unos veinte-treinta fabricantes, la gama de modelos que ofrecen ronda los varios centenares. No es nada raro. El vehículo es tu casa.

Al neófito hay que aconsejarle vivamente que empiece alquilando. Es suficiente un fin de semana. Alquile, no con doce amigos para que le cueste menos, sino para saber si con la o las personas con las que pretende viajar habitualmente se encuentra a gusto. No le importe tanto el tipo de vehículo, sino el tipo de vida que va a llevar. La autocaravana deriva directamente de los carromatos de los circos y del nomadismo y de la navegación de placer. Hay que convivir en doce metros cuadrados y si el tiempo fuera es malo no se puede salir fácilmente al exterior. Vivir en un espacio muy limitado obliga a una interacción cara a cara permanente, y no es posible a menudo desviar la mirada del otro o de la otra. No puede uno escaparse del otro como en otras circunstancias y, como en los barcos, la sociabilidad debe basarse en una reglas de convivencia muy bien consensuadas, en un reparto de las tareas muy equitativo y con cierta capacidad de comunicarse mutuamente que no siempre es fácil de manejar. Por eso no vale alquilar entre amigos y convivir un fin de semana, ahí las relaciones sociales son de otro orden y al ser un periodo de tiempo corto se sobrelleva muy bien. Nosotros durante años viajamos con los dos niños, y desde que fueron adolescentes sólos. Son dos formas completamente distintas de convivir y viajar, pero no esperen que los niños a partir de los catorce-quince años "se apunte" salvo que se trate de una oferta muy especial a un lugar muy concreto. En cambio con los menores nomadear es un placer si no se olvida que el viaje es para que ellos, y especialmente ellos, disfruten. Y aun así ellos mismos confesaban que más de tres semanas se les hacía pesado.

Una vez decididos a comprar no hay que precipitarse. La autocaravana es un producto caro y no se pueden cometer errores. Por eso es mucho mejor empezar con la segunda mano. La inversión es menor, tras el primer verano uno ya sabe si le gusta o no le gusta, y en caso de revenderla tras el verano suele mantenerse el precio, de modo que no implica mucho costo.

La segunda mano ofrece auténticas gangas, puesto que es raro que los vehículos, incluso con más de diez años tengan más allá de 100.000 kms y la mayoría de sus propietarios las cuidan como su casa. Por 12.000€ pueden comprarse vehículos que darán aun mucha guerra y notorios placeres, y por menos de 30000€ vehículos de gama alta con cinco años o menos y menos de 100.000 kms a cuestas. Un autocaravanero convencional recorre de 5 a 10000 kms por año - nosotros tendemos a 15000 o más-, y las mecánicas diesel están en su más tierna juventud. En la compra de segunda mano es mejor recorrer los concesionarios previamente para ver precios y calidades y ofertas. Conviene no precipitarse y durante dos o tres fines de semanas "ver lo que hay". Los concesionarios repasan y reparan los vehículos de segunda mano, y la calidad mecánica de los vehículos actuales - bajo control informàtico- hacen más dificil los "pufos". La mayoria de concesionarias son empresas familiares a las que les interesa que el cliente quede contento y ¡repita!

Decidida la segunda mano - aunque es conveniente una vuelta por los salones de Caravaning para comparar precios -, es muy importante reflexionar muy seriamente sobre si viajará solo, con pareja o con pareja y niños, qué uso viajero le va a dar: playa, montaña, lugares fríos, fines de semana o viajes de varias, etc... No es lo mismo. Los nómadas del Norte sabemos que estaremos menos al exterior que los nómadas del Sur. Por eso nos interesa la habitabilidad interior porque sabemos que fuera estaremos sólo cuando el tiempo lo permita. Con niños interesa que en los periodos de circulación tengan la posibilidad de moverse algo o de jugar y que el espacio lo permita. No es distinto de un barco. Asimismo, si se prevé viajar mucho por zonas urbanas conviene que el vehículo no supere siete metros de largo por la difícil maniobrabilidad en las ciudades. También hay que valorar si se quieren llevar dos o cuatro bicis a bordo o una zodiac con su motor si uno es aficionado a la pesca o a los deportes náuticos. No es fácil elegir, pero es un buen momento para negociar y consensuar: si hay niños por en medio conviene que éstos participen en la elección, que se familiaricen con el vehículo, y que sepamos que tipo de cosas hemos de llevar para que se entretengan y que actividades hay que prever con ellos. La autocaravana puede ser una buena experiencia para ellos para ayudar en tareas domésticas, logísticas o de mantenimiento, como un barco Es una buena manera de reflexionar sobre la propia familia, y de estar intensamente juntos durante un tiempo. Algo que no es siempre demasiado frecuente. Y además permite prescindir de la televisión...

Francel

dimarts, 18 de novembre del 2008

¿Te gusta conducir? De viajar y otras soledades


Desde 2002 Gamvik y yo viajamos solos. Entre ir cuatro en 9 metros cuadrados y dos en doce hay bastante diferencia, y nuestra experiencia con las autocaravanas nos lleva ahora a considerarnos expertos en ellas. Por eso en este blog hablaremos de vez en cuando de detalles que pueden ser útiles para el neófito en navegaciones terrestres o servir para incitar a los no neófitos a comentar y añadir cosas con las que todos aprendemos. Pero vayamos por partes.

Cuando alguien sabe que tenemos una autocaravana, suele mirar con los ojos al cielo y decir con voz meliflua:
- ¡Como me gustaría tener una!
Gamvik y yo le contestamos:
- ¿Te gusta conducir?

A Gamvik, que es una pisapedales -aunque solo le gustan los cambios automàticos-, le encanta llevar el timón y zamparse seis o setecientos kilómetros si conviene. A mi también. Y eso te gusta o no te gusta. Has de asumir que los trayectos de autopista son una triste obligación "profesional" que hay que hacer para llegar dónde te place.

I’ve met some folks who say that I’m a dreamer
And I’ve no doubt there’s truth in what they say
But sure a body’s bound to be a dreamer
When all the things he loves are far away.
And precious things are dreams onto an exile
They take him o’er the land across the sea
(Robert Farrelly, The Isle of Innisfree )

Luego, una vez far away las etapas son cortitas y los placeres intensos. Por eso tener una autocaravana exige - como en el anuncio - que te guste conducir. En caso contrario, hay muchas alternativas. Puede gustarte navegar y para eso están los barcos. Creo que a Gamvik y a mi también nos gustaría si estuviésemos en una costa complicada y anfractuosa, como las del Norte, o cerca del sistema europeo de canales. Sino te gusta conducir ni navegar siempre queda la opción de otras fórmulas más sedentarias de viajes - pasar diez días bajo un cocotero en un hotel de Lloret pero en Bali -, o bien dedicarte a los placeres del trekking cuya oferta actual es impresionante. Nosotros no podemos hacer trekking y bien que nos pesa, y por eso lo compensamos cumpliendo con la idea que viajar y conocer, es una forma de iniciación que en la cultura occidental hunde sus raíces culturales en los viajes fantásticos de Odiseo, de Sindbad o de Polo, y más cerca de nosotros en Robinson Crusoe, o en Conrad.

Quan surts per fer el viatge cap a Itaca,
has de pregar que el camí sigui llarg,
ple d'aventures, ple de coneixences.
Has de pregar que el camí sigui llarg,
que siguin moltes les matinades
que entraràs en un port que els teus ulls ignoraven,
i vagis a ciutats per aprendre dels que saben.
Tingues sempre al cor la idea d'Itaca.
(Kavafis, Trad Carles Riba: Viatge a Itaca).

Y aun en un mundo tan conocido como este, todavía es posible descubrir, porque el descubrimiento no tiene que ver con lo objetivo, sino con la relación subjetiva que establece en el viajero con lo que el desconoce. Viajar es aprender, adquirir experiencia y tratar de comprender a los que no son como nosotros. Y eso puede hacerse en cualquier latitud y en cualquier longitud, aunque a veces los resultados sean desconcertantes:

"Nouveau venu, qui cherches Rome en Rome
Et rien de Rome en Rome n'aperçois,
Ces vieux palais, ces vieux arcs que tu vois,
Et ces vieux murs, c'est ce que Rome on nomme.
(Du Bellay, Antiquités de Rome)

Dicho esto, si alguien ha pensado en una autocaravana, la primera respuesta que ha de darse - él y su pareja, ambos -, es si están dispuestos a conducir. Si es que sí, de lo que nos congratulamos, en un próximo post trataremos de contar qué puede hacer.

Francel

dissabte, 15 de novembre del 2008

Hurtigruten

El Hurtigruten es nuestro inseparable compañero durante los recorridos costeros por Noruega. El ferry es como un calendario con reloj; puede indicarte el lugar y la hora. La ruta dirección Norte o Sur y el sonido de la sirena al entrar en un puerto o recorrer algún estrecho fjordo nos anuncia su p
resencia. De no avisar, si navega, es silencioso. En el puerto apenas le acompaña  el ruido de las máquinas durante la ma
niobra de amarre  y el de los pequeños tractores que trastean con unos cuantos víveres que entra o salen de las tripas del gigante rojinegro. En  la bocana del puerto de Berlevåg (Finnmark, 71º N 29º E) entre las 22.15 y las 23.00 se cruzan los mastodontes. En verano lo hacen con el sol a popa del que va hacia el Norte, hacia Kirkenes, el final del trayecto.  Arriban escorados, como con prisa, en perfecta maniobra después de un saludo sonoro entre camaradas. 


divendres, 14 de novembre del 2008

Autocaravanas Camping-car Husbil Bobil

En el doblaje de una de las mejores películas de Preston Sturges, Sullivan's Travels, la expresión yate de tierra me sorprendió cuando la oí durante los sesenta. En aquél tiempo la cosa más próxima a una auto caravana, que entreví en mi primer viaje en el viejo 4L a Europa hace cuatro décadas, eran las furgonetas Volkswagen, de motor boxer refrigerado por aire en la parte trasera. Se convirtieron esas furgonetas en un mito hippy cuando los norteamericanos enloquecieron con esa versión rupestre del escarabajo. Las mirábamos con envidia por las carreteras europeas - no teníamos entonces para pagar los peajes de las pocas autopistas- mientras viajábamos con el Renault de 845cms cúbicos cargados hasta el registro.
Dormíamos a salto de mata en las cunetas, en viejas tiendas de lona, con doble techo, que podían alquilarse en Bavillesset, al final de Enrique Granados cabe a la Diagonal. Descubrimos así las Europas, los primeros hipermercados, la experiencia de unos países próximos pero lejanos puesto que los 25Hp del 4L no daban para
mucho más a 50 o 60 de promedio.
Luego, fuimos prosperando, primero con la tienda con avance, más adelante con la chalet que nos pareció un lujo de sátrapa persa. Nos hicimos algo mayores y la primera caravana la arrastró el Renault 12S que había heredado de mis padres. Con ella alcanzamos a ver las torres de vigilancia de la frontera con el Este. Pasamos por fin al camping car de primera generación, pesado, con su chasis Fiat Ducato de 75HP sin dirección asistida y sin aire acondicionado. Con aquella cosa llegamos hasta Trondheim, el límite de Europa según Josep Pla. Descubrimos la fascinación de los bosques con trolls. Perdimos dos o tres kilos dándole a una dirección de hierro, volvíamos con bíceps de cuidado. Luego perdimos la piel en un lugar de la Alcarria, y durante un lustro abandonamos nuestras navegaciones terrenales. Pero nos pudo el recuerdo y seguimos con las autocaravanas, gozamos del diesel turbomecànico de 85Hp - sin dirección asistida -, y con el llegamos, por segunda vez al Mar Artico en 1998. Los hijos crecieron de verano en verano, viviendo con nosotros de nómadas del Norte. Vimos eclipses totales, cruzamos casi con emoción la frontera de la DDR en 1990, aquel límite que durante veinte años se nos había resistido y empezamos a sentir los cuatro que aquel trasto de segunda mano podía ser como el pato de Nils, y nos enamoramos del Norte. Los hijos se fueron. Cambiamos tres veces más de carromato, y como el capitán Hatteras de Julio Verne tenemos desde entonces una brújula interna que mira al Norte.

dilluns, 10 de novembre del 2008

Camino del Norte. Inmensidades

En los tiempos que corren, de crisis y vacaciones cortas, la mayoría de quienes viajan al Norte utilizan los cruceros, los vuelos baratos y coches de alquiler. Algunos, los de autocaravana, suelen ir una vez hasta el Nordkapp a toda prisa y para de contar. Otros, moteros, efectuan el raid. La mayoría de turistas se limitan a las capitales nórdicas: Estocolmo, Bergen, Oslo, Tallinn, Sant Petersburg, Riga o Helsinki. Muchas guías (Michelin, Lonely Planet y otras) ya no están pensadas para el viajero con cierto tiempo y reposado y los contenidos que ofrecen son pobres, puesto que adaptados a una modalidad de viajero de corto recorrido. Aun conservamos una Guide Bleue de Noruega de tres decenios atrás concebida como un derrotero naval, con descripciones minuciosas de todas y cada una de las carreteras de Laponia.

Dicho esto, viajar a y por Escandinavia requiere tiempo, bastante tiempo. La superficie de todos los estados escandinavos, más Finlandia y los Países bálticos viene a ser la suma de Francia, Portugal, España y el Benelux, esto es casi un millon y medio de kilómetros cuadrados. Entre la frontera germano danesa en Flensburg (D) y la ciudad de Kirkenes en el extremo Este del Finmark (N) hay casi 3000 kms. De ahí a Helsinki en el S. de Finladia casi 2000. De Tallinn (EST), frente a Helsinki, a la frontera lituano-polaca otros 400. En cambio la anchura del territorio es modesta, de E a W la distancia más grande es posiblemente de Bergen a Estocolmo, unos 600 kms.

Ese territorio tan enorme tiene una población menor de 30 millones de habitantes, frente a los 150 o 160 de Francia, España, Portugal y el Benelux. El 80% vive al Sur de la línea que une Helsinki con Oslo pasando por Estocolmo y Uppsala. La densidad de población es muy baja, menor de la de algunas zonas de Teruel, Cuenca o Soria en la Península Ibérica. Ningún otro territorio de la Europa Schengen está tan despoblado como este con la salvedad de Islandia.

La Escandinavia (mas Finlandia) más propiamente Artica, es la que queda al Norte del Círculo Polar. Queda al Norte de un arco entre Mo-i-Rana en Noruega y Rovaniemi en Finlandia. En ese inmenso territorio, tan grande como España, viven menos de un millón de personas. Ninguna otra zona geográfica Artica en todo el Globo es tan accesible como esta: basta un DNI o un pasaporte que nadie va a solicitar jamás, no hay ninguna restricción via visado como sucede en la Federación Rusa, ni es necesario un viaje extremadamente caro como sucede con Alaska o el Norte de Canadá. Además, por los efectos de la corriente del Golfo, los veranos son aceptablemente cálidos y la red de carreteras asfaltadas llega a todos los rincones, igual que la cobertura de teléfonos móviles. No se olvide que se trata del primerísimo mundo en cuanto a organización de la sociedad.

Claro está que para el turismo llamado "de aventura" puede parecer poco atractivo, parecer, puesto que en muchos lugares de Escandinavia, cuando vas a salir con mochila al monte se te pide dejes información sobre cuanto tiempo vas a estar fuera y se te advierte en media docena de lenguas que riesgo haylo. Y lo hay...

El Norte necesita tiempo y por eso algunos veraneamos allí, del mismo modo que otros invernan en el Sur de la Península Ibérica. Tiempo para estar, tiempo para respirar, tiempo para llegar. De eso hablaremos en otro post.

Francel

dimecres, 5 de novembre del 2008

Qualsevol nit surt el sol

En 1925 Josep Pla cruzó el Báltico de vuelta a casa tras un periplo por Escandinavia. Navegó primero de Oslo a Trondheim. Fue consciente que la vieja Nidaros era el confín de una Europa que parecía terminar allí. El tren, via Ostersund le llevó hasta Estocolmo. Sus notas de viaje son un documento fascinante sobre las impresiones del viaje, de las gentes y del paisaje. Al ver alejarse los diques de Trelleborg, a bordo del vapor que le llevaba a Alemania, expresa el desgarro del alejamiento. Lo revivimos con emoción cada año cuando embarcamos para volver al continente.
A principios de siglo Selma Lagerlof imaginó un libro para que los escolares suecos supiesen del folklore de su país. Nils Holgersson vagó por los aires a lomos de un pato blanco del cabo Smygehuk en Skäne a la cima del Kebnekaise en Norrbotten. Nosotros - Gamvik y yo - navegamos en una autocaravana más allá de donde fueron Nils y su pato. Más al Norte, más al Este, incluso cruzando el mar al Oeste hasta las Islas Foroyar e Islandia. Es un mundo de luces de nácar, de silencios, de soledades, de colores y olores en el que no se pone jamás el Sol. No se deja facilmente. Pero le atrapa a uno y quizás nuestra experiencia sirva a aquellos que, aun intrigados por el Artico, no se dan cuenta que es el único lugar de ese mundo, dentro del territorio Schengen - o fuera de él - al que se puede llegaral volante de un coche, o como es nuestro caso, de una autocaravana y vagar libremente no condicionado por los horarios de las escalas de los cruceros ni por funcionarios impertinentes de fronteras.

En este blog contaremos nuestras experiencias, propondremos rutas, quizás descubramos algunos lugares que no salen en las guías más allá o más acá -depende- del Cabo Norte que, visto desde nuestra perspectiva podria decirse parafraseando lo que Proust escribió en relación a Venecia: que puede ser decepcionante por las características de su explotación turística, y que oculta en la misma Mageroya, varios lugares fascinantes que el turista accidental se pierde sin remisión.